Disphoria mundi

La obra del filósofo y comisario de arte Paul B. Preciado ha partido desde sus inicios de la experiencia personal para cuestionar los fundamentos de una sociedad que excluye la heterodoxia, la problematiza y la convierte en enfermedad. En sus libros, su cuerpo se convierte en objeto de estudio, muy presente en las «crónicas del cruce» de Un apartamento en Urano, donde da cuenta de su experiencia de transición de género, en la que las hormonas y el cambio de nombre legal son tan importantes como la escritura, y donde ya apuntaba que ese proceso no era algo meramente personal e individual, sino parte de una transición planetaria.

Con Dysphoria mundi, su nueva obra, Preciado ahonda en la traslación del concepto de disforia a nivel universal para analizarlo como abismo epistemológico, y aborda las modalidades de un presente revolucionario que se enfrenta a las resistencias conservadoras del neoliberalismo.

Para celebrar este proyecto que ya ha empezado a cosechar entusiasmo en sus primeras lecturas, y que Judith Butler califica de «monumental», os presentamos un fragmento que resume el espíritu complejo y revolucionario, bellísimo, del texto. Paul B. Preciado escribe: 

«Decía Deleuze que pensar es siempre comenzar a pensar y que no hay nada más complejo que encontrar las condiciones que posibilitan la emergencia del pensamiento. La construcción de esas condiciones comenzó, en mi caso, con el sentimiento de formar parte del lumpen sexopolítico de la historia, poniendo en marcha un proceso intencional de mutación de género, con mi deseo de fabricar un lugar fuera del sistema binario masculinidad/feminidad, heterosexualidad/homosexualidad y con la transformación cotidiana de esa experiencia (que tradicionalmente se nos ha enseñado a no pensar) en escritura. Pero pronto me di cuenta de que esa mutación aparentemente personal no era sino el eco de otra mutación política y epistemológica más profunda. A partir de 2020, la gestión planetaria del covid-19, el levantamiento de los cuerpos sometidos, la transformación de las políticas autoritarias en guerras, el recrudecimiento de los procesos migratorios o del cambio climático… funcionaron como laboratorios que intensificaban las condiciones que posibilitan pensar esta mutación. Me sentí como una hormiga que cree que está surfeando en la cresta de la ola cuando en realidad está siendo arrastrada por un tsunami. No hemos hecho más que empezar a pensar.»

Fuente: Anagrama.

 

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